Nuevo LP de Nino Bravo

«Te quiero, te quiero», «La puerta del amor», «Noelia» son, a modo de jalones, diferentes etapas que marcan la trayectoria de un artista: de Nino Bravo.

Hacía tiempo que Nino no aparecía en nuestra revista. Más exactamente, desde su boda. Reapariciones rápidas y esporádicas, pero sin llegar a hablar un poco a fondo con él. Además, se daban una serie de circunstancias que hacían inevitable nuestro encuentro: los seis meses que llevaba sin aparecer en el mercado un disco suyo. La grabación de su último LP, su viaje a Sudamérica, sus nuevos proyectos, etcétera.

   Entre viaje y viaje «agarramos» a Nino Bravo unas horas para hablar con él. Para que nos cuente el porqué de muchas cosas que tiene almacenadas y que está pidiendo, casi a gritos, su público. Su público fiel. Ese público que llena las salas de fiesta donde actúa.

SEIS MESES SIN DISCO

   -Nino, hace seis meses que no grabas. ¿Por qué?

   -Bueno, eso no es exacto. Hace seis meses que no sale un disco mío al mercado. El «long-play» estaba ya grabado cuando marché a Sudamérica. Pensaba que lanzarían un «sencillo» en mi ausencia, pero al parecer después no pudo ser. Después preferí esperar a que saliera el «long-play» completo. A propósito de esto te diré que la canción que saldrá en «sencillo» de él será «Un beso y una flor».

   -La verdad es, Nino, que después de «Te quiero, te quiero» no has conseguido una canción que vuelva a reverdecer aquellos laureles.

   -Sí, es cierto. «Te quiero, te quiero», me identifica. Me gusta que sea así. Pero hay que tener en cuenta que eso es un producto de la suerte en gran parte. Yo creo que puedo hacer cosas más importantes.

¿IMITADORES?

   Nino Bravo entra dentro de esos cantantes que clasifican o denominan «baladistas». Cantantes de «lo de siempre». Él mismo lo afirma así. Me dice que es un cantante clásico, que su canción se podría cantar igual dentro de sesenta años. Y está contento con ello.

   -¿Has oído hablar de Marcos y Juan Manuel? Dicen que su tesitura se parece mucho a la tuya. Que son un «calco» de Nino Bravo…

   -Claro que les conozco. Graba en mi misma casa uno de ellos y el otro muy cerca. No creo que se parezcan. Si escuchas los discos a la vez te das cuenta de ello. Lo que pasa es que cuando sale un cantante nuevo siempre se le compara con otro que ya está en el candelero. De ellos te puedo decir que hay sitio para todos y que pueden llegar lejos.

   Nino Bravo habla despacio. Seguro de lo que dice.

SU PRÓXIMO LP

   La filosofía de Nino Bravo es sencilla. De libro. De libro de bolsillo. Sin complicaciones. Tiene sus ideas y procura defenderlas y mantenerlas. Lo ha aprendido en muchos años que lleva cantando. Con y sin éxito. Con el estómago lleno y vacío. Pero siempre, siempre con muchas ilusiones pegadas a sus cuerdas vocales. 

   Y hablamos un poco de su próximo LP.

   -¿Cómo es y qué esperas?

   -Siempre se espera todo y lo mejor de la última obra que se hace. De este álbum no iba a esperar menos. Contiene el trabajo de mucho tiempo y realizado con todo cariño. Creo que puede ser un LP importante. «Para darte mi corazón», «Cartas amarillas», «Un beso y una flor», «Para qué seguir», «Yo te quiero dar», son algunos temas de él.

   Se le ve ilusionado. Pero con una ilusión de dos filos. A sabiendas de lo que suele pasar en este mundillo. Con una ilusión «renovada» cada día.

PROYECTOS

   Hablamos de sus próximos proyectos. Del eje de mira de sus aspiraciones.

   -Quiero abrir fronteras. Abrir un mercado para mí y para España. Pero cantando en español. Sin adoptar lenguas de fuera. En nuestro idioma. Es como de verdad se sienten las canciones y se pueden ofrecer al máximo. El idioma español es muy rico y no hay razón alguna para adoptar otro.

   Mañana será otro día. Nino Bravo es consciente de ello y trabaja cara al mañana. Sabe que los que le han alzado al lugar actual pueden, de repente, bajarle sin previo aviso. Ahora está en previa promoción del disco. Es necesario. Se sacan muchos discos cada semana y es preciso hacer notar el de cada uno. Ley de supervivencia en la música. Me enseña su agenda «de abordo». Las galas se multiplican cada día. Las fechas están ocupadas. El trabajo es intenso.

   Le pregunto también por su niña. Es un padre feliz y se trasluce en su cara. Parece decir eso de: «Ahora sólo me falta plantar un árbol y escribir un libro».

LA MÚSICA ESPAÑOLA ESTÁ ALTA

   -La música española está a una altura grande. Me atrevería a decir que como la americana. En Estados Unidos, las canciones en español se escuchan con cierta asiduidad. Feliciano triunfó con boleros. ¡Boleritos en español! Y como él hay un montón. No hay que infravalorar a nuestra música. Es más conocida de lo que creemos.

   Después de esto, tenía una pregunta en la boca. Quería preguntarle por qué no cantaba en inglés Creo que la respuesta nos la podemos imaginar. Es fácil.

«PASAPORTE A DUBLÍN»: UN PASO MÁS

   -Hace diez años, cuando empezaba a luchar en este mundo, soñaba con ser popular. «Pasaporte a Dublín» me ayudó mucho a esto. Pero ha sido un paso más. No puedo pararme a pensar mucho tiempo. Sólo el suficiente para ver que esto es una lucha diaria de la que es necesario no prescindir. Los demás te hundirían.

   Creo que está claro. Su conciencia de trabajo está bastante despierta y clara. Sin cortapisas que embrumen la visión. Es un profesional, pero esto ya lo había dicho antes.

«PALABRAS»

   -Me gustaría cantar canciones como «Something». Es una canción que estaba hecha a mi medida. Antes de popularizarse quise cantarla. Por esas cosas que pasan no se grabó. Me quedé con las ganas. Otro tema que me gusta es «Palabras». No comprendo cómo no fue a Eurovisión. Era una canción con calidad y muy bonita. Es otro de los temas con los que me sentiría muy a gusto en el escenario.

   Hablamos de muchas cosas más. Pero en alguna parte hay que poner el punto final y creo que me llegó la hora. Nos despedimos. Detrás le quedan muchos problemas todavía a solucionar. Galas, televisión, viajes, promociones y «public-relations». A montones. Detrás queda una sencillez y una honradez grande. Y un rato de charla agradable. Y, vuelvo a repetirlo, una gran profesionalidad.

Escribe: E. Miguel de Caso

Fotos: Ramón Goñi y Pedro A. Martínez Parra